Si te gusta escalar y también la playa, no metas el bañador grande en la mochila y deja espacio para las cuerdas, el arnés y los gatos. Si nunca creías que en la playa encontrarías unas preciosas vías para escalar, es que no has ido a cuevas de mar. En fin, para rimas, los poetas. Hay que volver por ahí...
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