Hay un sitio en Huesca llamado los mallos de riglos, de quienes daré muchísimos mas detalles que esta mera entrada a modo de apunte, porque ya le dije a Chiqui que me tiene que llevar ahí. Aunque caigan patatas del cielo, con los cascos y tan señores, porque esa piedra no sale así porque sí en medio de la nada para que la gente la mire. Que va! Cualquiera que la vea y tenga sangre querría subir hasta arriba y, si tercia, mearse desde allí. Cuidando no afectar a otros colegas, vale...
Le llaman el rey de los mallos pequeños, y ese pedazo de menhir mide 150 metros desde esa mata de pichos hasta la puntita aquella.